Para
Massiris el ordenamiento territorial se perfila como una fórmula para alcanzar
el desarrollo económico del país con sostenibilidad ambiental y equidad
social.
Sin embargo, “los Estados no han sido coherentes con un ordenamiento territorial (OT) orientado al desarrollo sostenible y ha prevalecido sólo las políticas económicas”. “Suele predominar en la política económica una política desarrollista, en la que prima el aprovechamiento a cualquier costo de los recursos del país. Es una política que le está haciendo mucho daño a los territorios nacionales. Muchos países de América Latina están repensando el modelo ya que no cabe ninguna posibilidad de un desarrollo económicamente sostenible, socialmente incluyente, regionalmente equilibrado bajo esta lógica.”
Sin embargo, “los Estados no han sido coherentes con un ordenamiento territorial (OT) orientado al desarrollo sostenible y ha prevalecido sólo las políticas económicas”. “Suele predominar en la política económica una política desarrollista, en la que prima el aprovechamiento a cualquier costo de los recursos del país. Es una política que le está haciendo mucho daño a los territorios nacionales. Muchos países de América Latina están repensando el modelo ya que no cabe ninguna posibilidad de un desarrollo económicamente sostenible, socialmente incluyente, regionalmente equilibrado bajo esta lógica.”
Ángel Massiris manifestó que otro factor que ha impedido alcanzar mejores
resultados en las políticas de ordenamiento territorial ha sido el divorcio existente
entre la planificación sectorial y la planificación territorial. A ello se suma
la desarticulación entre los niveles de gobierno.
Por otro lado, destacó también como un problema la coexistencia de un conjunto de políticas
territoriales distintas como el desarrollo regional, la planificación urbana,
la descentralización, el desarrollo territorial y el ordenamiento territorial,
que han ido surgiendo en el tiempo y que se aplican simultáneamente, generando
tensiones y fragmentación.
El experto también puso énfasis en la falta de voluntad política y de recursos financieros para la
implementación de los planes de ordenamiento. Precisó que el Plan de OT es solo la carta de navegación pero que su
implementación requiere de una inversión importantes recursos y procesos de
transformación de largo plazo.
Destacó asimismo la diferencia
que existe entre la parte pasiva y activa del ordenamiento territorial.
En la primera, se refirió a la zonificación, la misma a la que consideró muy
vinculada a la política ambiental. En la parte activa, se refirió al proceso de
articulación e integración del
territorio considerándolo como la parte estructural. Sostuvo que ella es la que dialoga con las políticas de
desarrollo económico.
Ángel Massiris
también se refirió a la necesidad de un marco legal y de una institucionalidad
para que el ordenamiento funciones.
Preguntado
sobre el carácter vinculante de los planes de ordenamiento territorial dijo que
éste depende de la escala. “En la escala local debe ser vinculante. Ordenar un
territorio es sumamente costoso y si se
van a elaborar planes solo orientadores no valdría la pena tanto esfuerzo,
porque es casi es un hecho que no se van a cumplir. En los niveles regionales y nacionales adquieren un carácter
orientador”.
Por otro
lado señaló la importancia de la participación social como un elemento que
diferencia las políticas sectoriales de las territoriales, pues esta se ejerce
de abajo hacia arriba y son consensuadas, por lo que es necesario trabajar en
mecanismos de implementación.